Para abordar un plan de gestión energética en el
establecimiento, se debe partir de un conocimiento previo de la situación
energética de la organización, tanto a nivel de equipamientos y consumos
energéticos, como de la disposición de los funcionarios y empleados para
aplicar medidas en los diferentes ámbitos de intervención.
Una vez se tenga esta información, se pueden fijar
objetivos y metas de reducción y establecer las medidas más apropiadas para
optimizar el consumo de energía.
Los
pasos a seguir son:
1.
Conseguir el apoyo de la Dirección y el compromiso e inclusión de toda la
organización. Para que la iniciativa tenga éxito, resulta imprescindible contar
con la participación de todos los empleados y, sobre todo, con el apoyo activo
de las directivas de la empresa o institución.
2. Designar al responsable del plan de gestión energética.
Las directivas de la empresa designarán un responsable del plan de gestión
energética o un equipo de trabajo según considere necesario.
3. Diagnóstico energético del establecimiento. Se debe
recopilar información sobre consumo de energéticos de las instalaciones
(facturas y recibos de electricidad y combustibles). Asimismo, se debe realizar
un inventario de todos los equipos consumidores de energía: luminarias, equipos de
aire acondicionado, refrigeradores, botelleros, bombas, motores, etc., en
el que se registren los datos técnicos más relevantes (potencia, corriente,
voltaje, factor de potencia, etc.). También se debe recopilar información sobre
los aspectos arquitectónicos más relevantes que afecten el consumo de
energía.
4. Encuesta sobre los hábitos de los funcionarios o
empleados que afecten el consumo de energía. Además de los datos sobre horarios
de trabajo, limpieza, etc., será necesario conocer los hábitos de los
funcionarios o empleados para poder calcular mejor los consumos e identificar
aquellas pautas de comportamiento que deben ser modificadas para evitar
consumos innecesarios de energía. Para ello se realizará una sencilla encuesta
entre los empleados de la organización en la que se pregunte por la disposición
individual para asumir compromisos encaminados a optimizar el consumo de
energía.
5. Análisis de los datos recopilados y definición de los
objetivos de optimización. Con el análisis del diagnóstico realizado, se pueden
establecer y definir los objetivos y metas de optimización del consumo dentro
de un plazo de tiempo determinado.
6. Selección de las medidas para alcanzar los objetivos y
metas de optimización propuestos. Se debe seleccionar un conjunto de medidas
que se pueden poner en marcha en los establecimientos. Estas medidas deberán
estar orientadas a los usos más intensivos de consumo de energía identificados
en el diagnóstico.
7. Elaboración del Plan de Acción para la implementación de
las medidas. Para ejecutar las medidas de optimización, es preciso contar con
un plan de acción en el que se incluyan el alcance, los objetivos, el
potencial, las metas de ahorro, y las acciones a corto, mediano y largo plazo
de este plan de acción. Para su implementación, deben también definirse
indicadores, cronogramas, responsables y presupuestos, junto con el mecanismo
de seguimiento de los resultados.
8. Seguimiento de los resultados y mejora continúa. Para
evaluar el grado de cumplimiento de los objetivos y detectar las posibles
desviaciones, se deberá realizar un seguimiento periódico de los indicadores y
medidas planteadas.
9. Comunicación de los resultados conseguidos. La
comunicación de los resultados del plan de acción a los miembros de la
organización, es fundamental para mantener elevada la motivación interna y
demostrar que el esfuerzo realizado tiene resultados positivos para todos. La
comunicación externa también es importante, y puede animar a otras
organizaciones a poner en marcha iniciativas similares.