19 dic 2017

Revolución energética silenciosa en Japón, docenas de ciudades se desconectan de la red



Hay ocasiones en las que la destrucción abre las puertas a nuevas vías de creación y progreso. Un ejemplo se consolida en Japón donde, tras el terremoto de 8,9 grados y el tsunami que sacudieron el noreste del país, este no solo reflota, sino que avanza sin prisa pero sin pausa hacia una auténtica revolución: la de la soberanía energética de cada vez más ciudades, que no se resignan a quedar a merced de la suerte si la catástrofe golpease de nuevo como lo hizo aquel 11 de marzo de 2011.
Higashi Matsushima, ciudad costera que no pudo evitar las sacudidas de aquel día, es una de las que señalan el camino activado por decenas de poblaciones niponas. Este no es otro que el de la reconstrucción de la infraestructura energética para pasar de la dependencia externa a la independencia, al menos parcial. Parcial porque, por el momento, se estima que esta ciudad de la prefectura de Miyagi ha creado el ecosistema necesario para cubrir por sus propios medios las necesidades de energéticas de un cuarto de su población, cifrada en algo menos de 40.000 habitantes.
Para ello la apuesta ha sido clara: los microgrids, conocidos como islas de energía, integrados por sistemas de energía solar y por baterías para el almacenamiento de energía. Estos permitirían que, ante cualquier caída de la red convencional, la ciudad pudiera seguir funcionando por sus propios medios al menos durante tres días.
Una pieza determinante de esta apuesta por la autosuficiencia energética está en el ‘National Resilience Program’. Como su nombre indica, la iniciativa activada por el Gobierno japonés lo que busca es incentivar aquellas iniciativas que profundicen en la resiliencia del país. “Para evitar tener que repetir las medidas a posteriori (..) es importante prepararse por adelantado a desastres a gran escala”, apunta objetivos una iniciativa que llama a tomar medidas “integrales”tras las “lecciones aprendidas del Gran terremoto del este de Japón”.
Así, en la lista de acciones a incentivar -a las que el texto se refiere como “los peores acontecimientos que nunca deberían ocurrir”– figuran todas aquellas que eviten suspensiones prolongadas del suministro eléctrico que, en caso de catástrofe natural, ponen en jaque cualquier actuación ante emergencias; tratamiento médico de las víctimas incluido.
Los fondos aportados por este programa han sido los que han permitido que, tras la destrucción de 2011, hacen que Higashi Matsushima sea hoy más resiliente, precisamente por el giro operado hacia la generación eléctrica a nivel local y procedente de fuentes limpias.

En esa línea, en la que el peso de las grandes centrales eléctricas va a menos, avanzan otras comunidades a lo largo del país. Además, sus autoridades sopesan incrementar el presupuesto para el programa de resiliencia nacional. De hecho, este podría elevarse en un 24%, tal y como informa Reuters.
La mencionada agencia apunta además que el destino principal de los fondos previstos para el año fiscal que arrancará en abril de 2018 serán los sistemas de gestión inteligente de la energía, así como los de generación distribuida. Estos sistemas, precisamente, van en la línea del camino emprendido en Higashi Matsushima al tratarse de generación a pequeña escala que combina la energía solar, la eólica y el gas natural.
“Estamos comprometidos con el impulso a iniciativas que promuevan la resiliencia nacional con el objetivo de crear una tierra segura, así como una sociedad que tenga fortaleza y habilidad suficientes incluso ante un desastre”, sostienen desde el Gobierno sobre su compromiso y sobre apuesta de futuro que pasa por ganar la partida de la independencia energética.
Fuente: www.ecoinventos.com

15 dic 2017

SunPower utiliza robots para limpiar sus paneles fotovoltaicos en parques solares

Limpiar los paneles solares instalados en instalaciones a gran escala en algunas de las regiones más áridas del mundo es considerado como un mal necesario. Los explotadores de estas instalaciones se ven en la necesidad de limpiar los paneles periódicamente para cumplir con los objetivos de producción de energía, ya que una excesiva suciedad reduce de forma importante la eficiencia de los mismos.
Sin embargo, la limpieza de los paneles requiere de recursos de operación y mantenimiento y de otros como por ejemplo, agua. La principal consecuencia es tratar de minimizar al máximo el número de limpiezas necesario y que estas sean lo más eficientes posibles.
La limpieza a mano, a pesar de ser una de las más utilizadas históricamente, requiere tener equipos en cada uno de los lugares y además de resultados muy desiguales. Desplegar tripulaciones durante el día puede comprometer la producción de energía, mientras que su despliegue por la noche puede presentar riesgos de seguridad y daños potenciales a los equipos fotovoltaicos.
Por eso, el paso del tiempo y el avance de la tecnología ha generado un mercado donde las marcas buscan automatizar lo máximo posible esta limpieza a través de robots.
En este caso os traemos la solución propuesta por SunPower, que según la empresa puede aumentar el rendimiento energético de la instalación a un coste menor que los métodos de limpieza convencionales, y con muchos menos recursos. SunPower habla de aumentos de entre un 5% y un 10% en la producción a igualdad de recursos empleados.
El sistema permite, con solo tres personas, dos robots y un camión, limpiar una planta de 20 megavatios en un turno de 10 horas. Eso es 20 veces más rápido que con la limpieza manual y utilizando un 75 por ciento menos de agua.
No es la primera vez que vemos robots de limpieza para paneles fotovoltaicos. Una tecnología que todo apunta a que será importante en el futuro y de la que seguro que se conseguirán mejores diseños y más eficientes.
Fuente: www.findergreenenergy.com