19 ago 2017

Países flacos y países gordos


Este extraño mapamundi, corresponde a la huella ecológica de cada país (los datos son del 2006 ahora muchos están mas gordos)
La huella ecológica es «el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida».
El cálculo de la huella ecológica tiene en cuenta los siguientes aspectos:
  • La cantidad de hectáreas utilizadas para urbanizar, generar infraestructuras y centros de trabajo.
  • Las hectáreas necesarias para proporcionar el alimento vegetal consumido.
  • La superficie necesaria para pastos o granos que alimenten al ganado.
  • La superficie marina necesaria para producir el pescado consumido.
  • Las hectáreas de bosque necesarias para asumir el CO2 que provoca nuestro consumo energético.
Pero, pese a integrar estos aspectos, la huella ecológica no recoge por completo el impacto ambiental real de nuestras actividades, que es aún mayor,  porque:
  • No contabiliza algunos impactos como la contaminación del suelo, la erosión, la contaminación del agua o la contaminación atmosférica (a excepción del CO2).
  • Asume que las prácticas agrícolas, ganaderas o forestales son sostenibles, es decir, que la productividad del suelo no disminuye con el tiempo (obviamente, con el tiempo, la productividad del suelo disminuye a causa, entre otras, de los impactos anteriores: erosión, desertificación, contaminación…)
Si analizamos los componentes de dicha huella ecológica, veremos que el mayor impacto no esta en el transporte, o los aparatos tecnológicos, sino que la mitad de la huella la componen dos elementos, la vivienda y la alimentación.
En cuanto a la vivienda, la forma de construcción llevada a cabo en los últimos siglos, es responsable de hogares, poco eficientes donde gastamos unas cantidades impresionantes de energía para calefacción, refrigerar, sumado a materiales de construcción contaminantes y poco sostenibles, hacen que su impacto sea tan brutal. Debemos abandonar estos malos hábitos, se debe empezar a dejar de construir sin tomar en cuenta el clima, ni un tratamiento adecuado de las aguas, la generación de energía y calefacción en la propia vivienda usando los recursos disponibles en energía solar y eólica, el uso de materiales locales y sostenibles y todos los elementos que hacen a la bioconstrucción, en vez de seguir gastando combustibles para generar energía para calefacción y demás; nuestras viviendas podrían abastecerse de energía pos si solas, si hubiesen sido diseñadas correctamente.
En cuanto al otro punto el de la alimentación, lo peor del tema es que disminuir su impacto es fácil y mucho, si analizamos la huella de los alimentos la cantidad de terreno, energía y agua necesaria para producir alimentos, vemos que el problema radica en lo que comemos, donde lo compramos y lo que tiramos.
  • Por cada caloría que llega al supermercado, se han consumido 10 calorías de petróleo, debido al procesamiento a que se someten muchos de los alimentos para que se conserven o tengan buen aspecto. 
  • La mayor parte de alimentos viajan entre 2500 y 4000 kilómetros antes de llegar a su destino.
  • Para producir una caloría de carne para consumo humano se consume 9 veces más energía y un 33 % más de combustibles fósiles que para producir una caloría de origen vegetal. Y si hablamos de lo que se llama “agua incorporada”, se calcula que dejar de comer un kilo de carne ahorraría más agua que toda la utilizada en duchas en un año.
La solución a la huella de alimentación:
  • Alimentos frescos de producción local
  • Comer menos carne y más cereales, legumbres y frutas
  • Producir tus propios alimentos siempre que puedas
  • Cultivar la tierra de forma ecológica, respetando los ciclos naturales
Es tan simple que resulta ridículo que no se haga, a gran escala, pero como siempre decimos en esto tenemos un arma poderosa, debemos pasar de las publicidades y condicionamientos impuestos,  cambiando nuestra forma de consumir, con tan solo eso estaríamos sumando y mucho a la solución.
Si observamos el mapamundi, veremos que los países gordos son los mas desarrollados y los mas poblados, (algunos cumplen con ambos criterios) en el caso de los desarrollados es evidente que el consumo excesivo es la principal razón, en el caso de otros como la India o China hay dos factores la concentración de población y la gran cantidad de fabricas para complacer las necesidades del consumo de los países desarrollados.
El futuro de la humanidad requiere que todos nos pongamos a dieta de forma urgente, la huella debe bajarse, y no servirá de nada cuanta reuniones hagan los mandatarios, ni la buena voluntad de algunas compañías o ONG’s.
El cambio lo tenemos que hacer nosotros los ciudadanos de a pie, en cada uno de nosotros esta la posibilidad de consumir menos, mas lento y de forma responsable, es la única manera de forzar el cambio, el mundo esta anquilosado en un sistema político cuya base es el consumo desmedido y el crecimiento perpetuo, lo cual es completamente insostenible, y como quienes tiran de los hilos del poder no harán nada, nos toca a nosotros y lo peor es que la solución como dije antes es simple y no depende mas que de uno mismo.
Artículo escrito por Raúl Mannise para ecocosas.com